jueves, 7 de abril de 2016

ilustración cuento "selva negra"

El condominio es enorme. Piso 28. La torta era casera. Raúl sopló y con mi señora aplaudíamos. Estaba lleno de gente, había pisco. El regalo cayó bien. Alejandro hablaba cosas divertidas de la gente y no conocíamos a nadie, pero reímos. Alejandro es gay y no importó. Lo pasamos bien. Bajando, se despidió de abrazo. En el jardín del condominio, entre los edificios, había una jaula de vidrio. Los pájaros, todos distintos, dormían quietos de frío. Pronto cantarían, felizmente convencidos de que su jaula es una selva enorme y oscura, que presiente la luz del sol como las de verdad.

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